lunes, 28 de noviembre de 2011

Siempre necesité tiempo para mi,
nunca pensé que te necesitaría allí cuando llorara.
Y los días se sienten como años, 
cuando estoy sola.


Y la cama donde duermes, 
está tendida de tu lado.
Cuando te marchas, cuento los pasos que das.
¿Ves cuánto te necesito ahora mismo?


Cuando no estás, 
los fragmentos de mi corazón te extrañan.
Cuando no estás,
el rostro que llegué a conocer, 
es extrañado también.
Cuando no estás,
las palabras que necesito oír, 
para siempre sobrellevar el día,
y hacerlo mejor, son:
Te extraño.



Nunca antes me había sentido así,
todo lo que hago, me recuerda a ti.
Y la ropa que dejaste,
está tirada en el piso,
y huele tal y como tu.


Me encanta lo que haces.
Cuando te marchas, cuento los pasos que das.
¿Ves cuánto te necesito ahora mismo?

Cuando no estás, 

los fragmentos de mi corazón te extrañan.
Cuando no estás, 
el rostro que llegué a conocer,
es extrañado también.
Cuando no estás, 
las palabras que necesito oír,
para siempre sobrellevar el día,
y hacerlo mejor, son:
Te extraño.



Fuimos hechos uno para el otro.
Salgamos de aquí para siempre.
Sé que lo fuimos, ¡Sí!
Todo lo que siempre quise 

que supieras fue que,
lo haría todo, daría mi corazón y alma.
Me cuesta mucho respirar,
necesito sentirte aquí conmigo, ¡Sí!



Cuando no estás, 
los fragmentos de mi corazón te extrañan.
Cuando no estás, 
el rostro que llegué a conocer,
es extrañado también.
Cuando no estás, 
las palabras que necesito oír,
para siempre sobrellevar el día,
y hacerlo mejor, son:
Te extraño.

No hay comentarios:

Publicar un comentario